Reportes de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Medio Oriente (Unrwa), informan que producto de la guerra en medio oriente, la población se encuentra inmersa en un ambiente de enfermedades a causa de las condiciones insalubres en las que viven.
Desde que comenzó la guerra entre Israel y Gaza, el número de enfermos de hepatitis en la franja de Gaza aumentó de 85 a casi 40 mil, siendo la población infantil la más vulnerable y la que desafortunadamente no cuenta con los servicios médicos adecuados para salir adelante.
A este problema sanitario se le suma que los médicos, en sus atenciones constantes, luchan contra 103 mil casos de piojos y sarna y 65 mil de erupciones cutáneas, según la Organización Mundial de la Salud.
Incluso en Gaza, de un aproximado de 2.3 millones de habitantes, se registran más de un millón de casos de infecciones respiratorias agudas desde el pasado 7 de octubre, cuando comenzó el conflicto, junto con más de medio millón de casos de diarrea aguda y más de 100 mil casos de ictericia, según el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo.
A esta problemática se le suma la inestabilidad política que vive la región tras el anuncio del asesinato del líder de Hamás, Ismail Haniyeh, presumiblemente ultimado por Israel, en un ataque aereo dirigido a la residencia del activista ubicada en Teherán.