El huracán Helene ha causado una tragedia de proporciones históricas, con más de 200 muertos y cientos de desaparecidos en seis estados de Estados Unidos, marcando un punto de comparación con el devastador huracán Katrina de 2005. Los estados más afectados son Carolina del Norte, Carolina del Sur, Georgia, Florida, Tennessee y Virginia, con Carolina del Norte sufriendo el mayor impacto debido a las inundaciones, deslizamientos de tierra y el desbordamiento de ríos.
En particular, el condado de Buncombe en Carolina del Norte ha sido gravemente afectado, con imágenes desgarradoras que muestran casas destruidas y residentes refugiados en los techos, tratando de escapar de las crecientes aguas. Las operaciones de búsqueda y rescate continúan sin descanso, con equipos de emergencia y voluntarios desplegados para localizar sobrevivientes y llevar suministros a las zonas más devastadas. Sin embargo, las autoridades temen que el número de desaparecidos siga aumentando, ya que muchos permanecen incomunicados debido a la falta de electricidad y telecomunicaciones.
Este desastre ha movilizado una respuesta a nivel federal. El presidente Joe Biden ha visitado las áreas más afectadas para reunirse con los equipos de rescate y con las familias que han perdido sus hogares o seres queridos. Mientras las labores de limpieza y recuperación avanzan, la magnitud de la catástrofe continúa aumentando, recordándonos la implacable fuerza de la naturaleza. Helene quedará marcado en la historia como uno de los huracanes más feroces de los últimos tiempos.
