Con la llegada de Claudia Sheinbaum a la Presidencia de México el pasado 1 de octubre, se plantean nuevos objetivos económicos, entre los cuales destaca el aumento progresivo al salario mínimo. En su primer discurso como mandataria, desde el Zócalo capitalino y ante miles de mexicanos, Sheinbaum reiteró su compromiso de seguir mejorando las condiciones salariales del país, en consenso con trabajadores y empleadores.
Bajo el lema “República con Trabajo y Salario Justo”, Sheinbaum incluyó este objetivo en su lista de 100 compromisos para alcanzar la «prosperidad compartida», una visión que busca no solo el crecimiento económico, sino también una distribución más equitativa de los beneficios. El principal reto, según destacó, es lograr que el salario mínimo cubra 2.5 canastas básicas, un incremento significativo considerando que actualmente solo alcanza para 1.6 canastas básicas.
Además de la mejora salarial, Sheinbaum destacó otros puntos clave de su agenda laboral, como el aumento de las pensiones, la inclusión de los repartidores de plataformas digitales en el sistema de seguridad social a través de una nueva ley, y la paulatina reducción de la semana laboral a 40 horas.
Aumento salarial y consenso con el sector empresarial
Durante una conferencia de prensa posterior, la Presidenta subrayó que los logros en materia de aumento salarial durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador fueron fruto de un diálogo constante entre trabajadores y empresarios, un enfoque que seguirá vigente en su administración.
“Nuestro objetivo es alcanzar un salario mínimo que permita cubrir 2.5 canastas básicas. Actualmente estamos en 1.6, pero lo importante es que este aumento se haga de manera gradual y consensuada para no afectar la inflación», indicó Sheinbaum.
De acuerdo con la mandataria, se proyecta un incremento del 12% anual en el salario mínimo a partir de 2025, con el objetivo de mantener este ritmo en los años siguientes. El proceso de negociación será clave para asegurar que el aumento beneficie a los trabajadores sin perjudicar la estabilidad económica del país.
40 horas semanales: Un cambio gradual y negociado
En cuanto a la propuesta de reducir la jornada laboral a 40 horas semanales, Sheinbaum dejó claro que, al igual que el aumento salarial, este cambio se discutirá en mesas de diálogo entre trabajadores y empleadores. Si bien algunos sectores ya han adoptado esta jornada, la mandataria afirmó que su implementación a nivel general será gradual y consensuada.
“Nos sentaremos con empleadores y empleadoras para llegar a un acuerdo sobre esta demanda, que es legítima y justa, pero que debe implementarse de manera responsable y progresiva”, puntualizó.
Con estos compromisos, Claudia Sheinbaum busca consolidar una política laboral que garantice mejores condiciones para los trabajadores y promueva un desarrollo económico incluyente y equilibrado.