Corea del Sur ha logrado un avance impresionante en la gestión de residuos alimentarios, reciclando el 97% gracias a la implementación de políticas innovadoras y tecnologías de vanguardia. Desde la década de los 90, el país estableció un sistema de tarifas basado en la cantidad de residuos generados, motivando a la población a reducir sus desechos. Los hogares surcoreanos no solo deben clasificar sus residuos, sino que también pagan tarifas proporcionales al volumen producido, lo que ha resultado en una reducción del 23% en la generación de basura y ha evitado que millones de toneladas terminen en vertederos.
En 2014, el país dio un paso más allá al introducir la tecnología RFID (Identificación por Radiofrecuencia), que permite cobrar a los hogares en función del peso exacto de los desechos alimentarios. Actualmente, este sistema cubre a más de 6.5 millones de hogares y ha sido fundamental para alcanzar la tasa de reciclaje del 97%. A través de esta iniciativa, Corea del Sur no solo ha aliviado la carga sobre sus vertederos, sino que también ha comenzado a transformar los residuos en biogás, impulsando la sostenibilidad energética.
El éxito surcoreano se debe a la colaboración activa entre el gobierno, la sociedad civil, grupos ambientalistas y campañas de concientización masiva. Este modelo es una referencia para cualquier país que busque soluciones más eficientes y sostenibles en la gestión de residuos alimentarios.
